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I.-INTRODUCCION

La leishmaniasis es una entidad clínica que cursa con serias consecuencias de carácter irreversible para la economía fisiológica del organismo. Así se tiene la destrucción y necrosis de vastas zonas de tejido cutáneo con compromiso de daño en órganos internos vitales, mayormente si la lesión está localizada en la región cefálica (nasal, auditiva, orbitaria,etc).

El tratamiento indicado es a base de antimoniatos, el mas usado es el Glucantime, que debe aplicarse en series inyectables de aproximadamente 20 dosis, repetidas en 3 oportunidades. Muchas veces este tratamiento no dá el resultado esperado, por una parte debido a la resistencia adquirida por las leishmanias frente al medicamento y por otro lado debido al implantamiento de una infección secundaria que compromete la lesión original, desencadenando una complicación patológica que deteriora o empeora la situación clínica de la afección leishmaniásica.

Casos de infecciones secundarias pueden confundir la evaluación de la terapéutica antileishmaniásica haciéndose necesario la realización de pruebas de cultivo para determinar los microorganismos comprometidos en ellos, retardando por un determinado tiempo, la completa remisión de la lesión.

En nuestra zona, Tingo María, se han presentado varios casos de heridas o lesiones leishmaniásicas durante el lapso de 12 meses, con un alto porcentaje de compromiso con infección oportunista secundaria, debido a bacterias de diferentes géneros y en pocos casos a la presencia de mohos y levaduras, las primeras incluso con capacidad de resistir a la acción de los antimicrobianos; obstaculizando la reversión de la enfermedad dentro de la terapéutica mecanizada. Tales hechos llevan a determinar que géneros microbianos están mayormente comprometidos con este tipo de lesiones cutáneas y su comportamiento frente a los antibióticos y quimioterápicos para dilucidar el éxito del tratamiento aplicado y evitar apreciaciones erróneas del cuadro clínico.

En 1974, PIEKARSKI, manifestó la posibilidad de que las lesiones o abscesos cutáneos producidos por Leishmania donovani se complicaban a menudo por otros microorganismos tales como bacterias y mohos, siendo los géneros Pseudomonas, Staphylococcus y Candida, los mayormente involucrados en ello.

MINCHIN (1982) de igual manera indica que entre los géneros de microorganismos que pueden estar contaminando heridas de leishmaniasis cutánea se encuentran Staphylococcus, Pseudomonas entre las bacterias y Trichophyton, Aspergillus, Mucor, Sporotrix entre los hongos que merman la comprometida economía fisiológica del paciente.

PUMAROLA (1984) reporta que los microorganismos encontrados acompañando a Leishmania en abscesos cutáneos expresaban alta resistencia frente a un gran número de antimicrobianos, entre ellos Ampicilina, Penicilina G, Gentamicina, Eritromicina y Amoxicilina.

En nuestro país y particularmente en nuestro medio existen pocas referencias sobre la flora acompañante de leishmaniasis cutánea y su estudio de resistencia o sensibilidad a los antibióticos.

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