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HISTORIA DE LAS PLANTACIONES

La historia forestal en Jenaro Herrera se inició por necesidades de la colonización que tuvo lugar a partir de 1967, promovida por el Ministerio de Agricultura, con el apoyo técnico-financiero de COTESU. En esa época todos los proyectos de desarrollo en la Amazonia peruana consideraban la ganadería como pilar económico del futuro; el bosque era un estorbo que vencer y no un camponente útil. También era una época en la que el bosque, cuya madera y jebe habían contribuido a la prosperidad regional, parecía un ecosistema muy complejo e imposible de manejar, más aún tomando en cuenta que la industria forestal transformaba solamente unas pocas especies y no estaba dispuesta a ampliar su número.

Los incipientes conocimientos sobre el bosque nativo dependían totalmente de la sabiduría de los materos; las primeras facultades forestales del país, recién creadas, propiciaban una silvicultura de plantación con especies exóticas. En este contexto, llega en 1967 el primer ingeniero forestal a Jenaro Herrera (Juan Laurent), contratado para organizar el aprovechamiento y tala del bosque como paso previo a la creación de pastizales, pero cm. imado por la convicción de demostrar que el bosque podía constituirse en un pilar económico para el colono.

Lógicamente, la historia de las plantaciones inicia con las especies de madera noble; ya desde 1969 se instalan primeros experimentos con caoba y cedro. En este periodo, el enfoque silvicultural del país influencia también Jenaro: se prueba la adaptabilidad de especies exóticas de los géneros Pinus y Euca1yptus, además de Terminalia superba y Nauclea diderrichii. Las plantaciones se establecen a campo abierto en chacras de primera tala, el trasplante con pan de tierra. Las limpiezas son frecuentes y totales, se impide la invasión de especies de purma.

A finales de 1971, las especies de madera noble y exóticas ocupan casi todas las llanuras del campo abierto Laurent, pero presentan rápidamente serios problemas de adaptación a las condiciones de terraza alta; las plantaciones fracasan al cabo de unos años. Los responsables forestales (Norma Revorecto, Joel Villegas, Daniel Marmillod) deciden no insistir en este camino, ya que no existía, en el caso de las meliáceas, un método comprobado de control de Hypsiphylla cuando se trataba de introducir las especies fuera de su sitio, y porque las dificultades logísticas (obtención de semillas) para establecer ensayos de proveniencias parecían insuperables en el caso de las exóticas.

No era posible que entre las 2500 especies arbóreas que, se decía, pueblan la selva peruana (Lao,1969) no hubiera algunas que mostrasen a la vez una madera de buena calidad y un crecimiento rápido. Así, en 1971 se inicia la experimentación con Cedrelinga catenaeformis, primera especie de madera corriente; dos pequeñas plantaciones (111-71, 117-71) establecidas en el campo abierto Laurent constituyen las plantaciones más antiguas que se controlan todavía. A partir de 1973 se instala cada año un ensayo de comportamiento de 12 especies bajo dos condiciones de luz: a campo abierto y bajo dosel. Todavía no se conocían los nombres científicos de las especies del bosque primario, por lo que las especies ensayadas fueron en realidad "nombres comunes" seleccionados con base en los conocimientos del matero sobre su uso (madera aserrada, madera de construcción rural, látex o resina, frutos, ... ). Esto explica por qué hoy, cuando ya se cuenta con los conocimientos botánicos, aparecen tratamientos con una mezcla de dos especies; explica también la gran heterogeneidad de usos conocidos de las especies ensayadas; los criterios de utilidad local tuvieron mucho peso en la selección. Debe agregarse que la necesidad de cumplir con el propósito de ensayar 12 especies anualmente conllevó a incluir especies de manera casual, por el simple hecho de contar con semillas, en reemplazo de otras seleccionadas que no habían fructificado ese año. Sabogal (1981) presenta un historial de estos ensayos.

Los ensayos de comportamiento siempre fueron instalados por los alumnos del Centro Educativo para Trabajadores forestales (CETF) de Jenaro Herrera, en el marco de sus prácticas de aprovechamiento y plantación. Al cerrarse este centro en 1978 se interrumpen los ensayos.

Simultáneamente a los ensayos, se instalan a partir de 1972 las primeras plantaciones experimentales silviculturales a campo abierto con las especies consideradas más promisorias (C. catenaeformis y en menor grado, Simarouba amara) y con aquellas en que "se creía" (Hymenaea spp., Protium spp., Ocotea aciphylla, por ejemplo).

El mejor desarrollo de C catenaeformis y S. amara sembrados con alta densidad inicial, comparado con el logrado en espaciamientos grandes influye en los métodos de limpieza. Para bajar las densidades de siembra y a la vez asegurar un buen crecimiento de las especies plantadas, a partir de 1975 se deja crecer en las plantaciones a campo abierto una purma, controlando su desarrollo a manera de rodal educador acompañante.

Los buenos resultados obtenidos en los ensayos bajo dosel más antiguos incitan a los nuevos responsables forestales (Guillermo Abadie, Ricardo Reátegui, andrés Schwyzer) a priorizar desde 1977 las plantaciones de enriquecimiento. El bosque por enriquecer puede ser un bosque intervenido o un terreno agrícola empurmado. La regulación de la luz se efectúa mediante anillamiento después de la extracción de unos cinco árboles por HECTÁREA . Se utilizan en una misma plantación hasta 20 especies instaladas en función del sitio sin DISEÑO fijo, y se favorece el crecimiento de regeneración natural de especies seleccionadas en las líneas. Schwyzer (1980, 1981, 1982a, sf/a, sf/b) describe las experiencias generadas durante este periodo.

Lamentablemente, a partir de 1980, dificultades institucionales conllevan al paulatino abandono del mantenimiento de las plantaciones. La purma no controlada en los campos abiertos logra muchas veces dominar el rodal principal; el dosel "protector" de las plantaciones de enriquecimiento se cierra, muchos plantones recién instalados mueren. Hasta parte de los archivos de investigación son quemados en el transcurso de este tiempo oscuro!

Es en está situación que el IIAP, habiendo asumido la responsabilidad del continuar las investigaciones forestales, busca el apoyo financiero y científico de COTESU para llevarlas adelante. A partir de 1983, nuevos ingenieros forestales (Eloy Pezo un corto tiempo, Arturo Claussi y Jürgen Blaser) realizan un diagnóstico del estado y documentación de las plantaciones existentes para decidir su grado de interés para la investigación. Cuarenticinco plantaciones instaladas hasta 1979 son elegidas y se establece en ellas una o varias parcelas permanentes de control, generalmente de 7x7 árboles. Asimismo, se organiza el archivo central de investigación y se diseña un banco electrónico de datos, en el cual se graba la información recuperada y las nuevas mediciones.

A partir de 1985, se planifican e instalan ensayos formales de manipulación de plantaciones a campo abierto (espaciamientos, podas, intensidad y periodicidad de raleos), esencialmente con C catenaeformis y S. amara. La Fig. 3 muestra la ubicación de la mayoría de las plantaciones bajo control en 1990. Las actividades están plasmadas en planes quinquenales de manejo (Blaser et al., 1985a; Claussi y Aróstegui, 1990).



Fig. 3. Ubicación de las parcelas experimentales del Centro de
Investigaciones de Jenaro Herrera




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