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2.- ANTECEDENTES

La historia de la acuicultura en la región está asociada a las introducciones de especies exóticas en cuerpos de agua naturales, buscando incrementar la pesca artesanal y deportiva con especies como Oncorhyncus mykis y Cyprinus carpio. Esto ocurrió en los años 30 y 40. Actualmente, países como Argentina, Chile, Colombia, Perú y Venezuela cuentan en su acervo acuícola con las especies citadas (Regional Network Aquaculture, 1992).

El repoblamiento de embalses con fines de desarrollo rural, en países como Brasil, Cuba y México data de la década del 70, con especies como Ctenopharygodon idella "carpa herbívora", Tilapia spp, Oreochromis spp, Odonthestes bonariensis y algunas especies nativas (op. cit). Así, los embalses públicos del Nordeste brasileño, entre los años 79 y 83, tuvieron una producción anual media de pescado de cerca de 17,000 toneladas, correspondiendo el 80% a especies introducidas, destacando Oreochromis niloticus (Gurgel, 1986).

En Cuba, Con la finalidad de dar uso integral a los cuerpos de agua creados, se planteó la posibilidad de utilizarlos para producir pescado; lo que motivó el estudio de las especies autóctonas e introducidas hasta la fecha, concluyendo que ninguna de éstas tenía el poder reproductor y la tasa de crecimiento apropiados, por lo que se han realizado introducciones de especies, mirando hacia una explotación pesquera a mayor escala (Díaz, Vázquez y Marí, 1989). La especie nativa Cichlasoma tetrachantus "biajaca", que habitaba los ríos cubanos que fueron embalsados, tenía significativa importancia en los primeros años luego del represamiento; pero, a partir del 75 son la "tilapia" y la "carpa" las dos especies más importantes en las capturas. En el promedio anual de las capturas del quinquenio 84-89 la tilapia representó el 93.5% (op. cit).

En México, la situación no es diferente: el poblamiento y repoblamiento de las presas, construidas con fines distintos a los pesqueros, se complementó con objetivos de producir alimentos y generar empleo. La introducción de especies acuícolas viene representada, como en todos los casos, por tilapia y carpa, que juntas representan 70,273 t para 1985, 53% de la producción acuícola marina y dulceacuícola (COPESCAL, 1986).

El análisis de casos puede ser interminable, pero el patrón de desarrollo acuícola no es diferente: en la gran mayoría viene ligado a introducciones. Se percibe que los efectos negativos no son reportados, debido a que no se acompaña con el seguimiento de la implantación y de los efectos sobre el ecosistema receptor.

La actividad acuícola en la Amazonía peruana tiene parecida secuencia. La reservación, por el estado, de las cuencas de los ríos Pacaya, Samiria y Pastaza (lago Rimachi), para proteger al "lagarto negro" Melanosuchus niger, a la "charapa" Podocnemis expansa, en adición al paiche, entre otros recursos, constituye una acción pionera a nivel regional. Las acciones de repoblamiento de la laguna Sauce en San Martín, del lago Sandoval en Tambopata, Puerto Maldonado, continúan con acciones de manejo piscícola.

La Estación Pesquera de Loreto, con su centro de acopio de Quistococha, ha tenido un papel importante en las tareas anotadas. Es conocido que alevinos de especies nativas, como Arapaima gigas, Astronotus ocellatus, Cichla monoculus, Brycon erytrophtherum, Colossoma macropomum, Piaractus brachypomus, Prochilodus nigricans, se aclimataban en dicho Centro antes de su distribución en la región (Sauce, Sandoval y piscicultores de Iquitos, Pucallpa y Tarapoto). A nivel Nacional, se ha transferido paiche para repoblar las represas de San Lorenzo y Poechos en Piura, donde, al parecer, la especie se ha establecido.

Internacionalmente, las transferencias de especies nativas desde la Estación de Quistococha son reportadas en la literatura de los países receptores, así por ejemplo, se cita la introducción del Arapaima gigas, Colossoma macropomum y Piaractus brachypomus a Cuba (Díaz, Vásquez y Marí, 1989). Al Brasil, estado de Ceará, se ha transferido C. macropomum, ejemplares con los que, por primera vez, se logró la reproducción inducida. En la década del 80, desde el Laboratorio de Iquitos del IMARPE se destinó juveniles de C. macropomum a la República de Panamá; y alevinos de la misma especie a Rusia.

En el lado opuesto, las introducciones de especies exóticas al Perú han tenido por objeto poblar y repoblar ambientes acuáticos supuestamente agotados o donde se pretendía desarrollar una pesquería. El caso típico fue la introducción de "trucha arco iris" Salmo gairdneri al lago Titicaca, con resultados económicos favorables, permitió desarrollar una industria conservera sobre la base de esta especie en el segundo lustro de la década del 60. Infortunadamente, al inicio de los 70, esta actividad con el nivel citado cayó, posiblemente por una sobrepesca o por variaciones ambientales, pero en todo caso la población no se recuperó. Sin embargo, se ha continuado trabajando con esta especie a nivel de cultivos en jaula. En el mismo cuerpo de agua se ha sembrado "peje rey argentino" Odonthestes bonariensis que actualmente viene sustentando una activa pesquería en los niveles comercial y de subsistencia. Lo negativo de estas introducciones fue el desplazamiento de varias especies nativas del género Orestias, sustento alimenticio de las poblaciones del altiplano.

Otras especies de trucha como Salmo trutta y Salvelinus fontinalis, en adición a la antes nombrada, se encuentran poblando ecosistemas acuáticos a lo largo de la región altoandina (Regional Network Aquaculture, 1992).

Para cultivos de la región de la costa se ha introducido la carpa común Cyprinus carpio. Los resultados fueron positivos en cuanto a su instalación, pero discutibles como alternativa económica.

En la Amazonía peruana, las introducciones fueron más pródigas. Paradójicamente, mientras otros países requerían peces nativos de la Amazonía, como se anotó antes, al país se introducían especies exóticas, como: Tilapia rendalli, Oreochromis niloticus, Oreochromis hornorum, Oreochromis aureus, Cyprinus carpio y últimamente, el camarón de Malasia Macrobrachium rosenbergii. El argumento, válido en su momento, fue no contar con tecnología de cultivo de especies nativas, reflejándose con mayor objetividad en la falta de semilla para promover el cultivo de especies identificadas con potencial acuícola.

Los resultados visibles de tales introducciones fueron positivos, tanto en las repoblaciones que, como en laguna de Sauce, permite el desarrollo de una actividad pesquera sobre la base a la tilapia que ha llegado a aportar con cerca de 100 t de pescado al año (G. Montejo, comunicación personal a H. Guerra, enero 1998); como en la piscicultura, que representa el 79.17% (encuesta a piscicultores, octubre 1998) con respecto a las otras especies. Estos hechos han favorecido la adopción de la tilapia en la cultura alimenticia de los pobladores del departamento de San Martín, en donde es común la oferta de platos en base a este pez, al lado de otros de gran valor como paiche y dorado.

En la década del 80, instituciones del sector han dedicado esfuerzo para desarrollar tecnologías de cultivo de tilapia, antes que de especies nativas, de esa forma se ha incrementado la producción y la productividad a niveles de competitividad de otras actividades productivas, así por ejemplo se la elevado el rendimiento del cultivo de 2,500 kg/ha/año a 8,500 kg/ha/año (Ascón, 1998).

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